Alejandro Palomas
Grupo Editorial Planeta, 2019
Hay novelas que uno lee sin esperar mucho y que sorprenden por lo que siempre sorprende la buena literatura: encierran un pedazo de vida. El autor, con una ternura que nos inunda desde el inicio, describe una noche de año nuevo familiar como tantas otras. Y ahí está una madre, haciendo equilibrio entre todos los dolores, las rabias, las frustraciones y los anhelos que acarrea una familia.
Con un mundo propio que a veces no sabemos si es delirio o estrategia, la protagonista, una mujer de 65 años, desarma a sus hijos y al lector llevándonos de la mano donde ella quiere.
“Y es que, claro, como decía la abuela Ester, todo tienen su explicación y nada su redención: en un país con tanto frío y tantos…noruegos, pues la rabia es la rabia y los caminos del Señor no tienen pérdida. Ya lo dice Ingrid, que el frío genera una sustancia en la bilirrubina que vuelve locos a los hombres y los obliga a hacer cosas de las que a lo mejor los noruegos no se arrepienten porque como no son católicos, no tienen culpa. Ah, qué suerte, no tener culpa, ni tener que ir a misa. “
Una madre emociona y divierte a todos los que tenemos o hemos tenido una madre.