Un autor muy jóven y de gran talento logra dar con el tono y los personajes para que los lectores vislumbremos algo de lo que es Cuba hoy, sin los Castro. Carlos Manuel Álvarez sabe mirar y su formación periodística le permite adentrarse en personajes que como fragmentos de espejos muestran un país entrañable pero triste y temeroso
Por algo llaman “grande” a Carlomagno (742-814). Fue coronado emperador por el Papa León III y, en un momento en que los últimos vestigios romanos retrocedían para dar paso a un mundo dominado más por la fuerza que por la institucionalidad imperial, logró rescatar algunos valores de esa civilización amalgamándolos con aquellos provenientes del naciente cristianismo.
Ambientada en la posguerra, retrata con profundidad una generación de jóvenes que buscaron transformar la sociedad y sus vidas, que se creyeron especiales y despreciaron sin piedad a sus vecinos, sin darse cuenta que ellos, como nosotros, solo somos uno más del barrio.