Fernando Aramburu
Tusquets Ediciones, 2017
No leí Patria, escuché su audio libro. Y el sonido de las voces en euskera han quedado resonando como una presencia tierna y dura; como son los vascos. Bittori, Miren, Nerea, Arantxa, Joxe Mari, Gorka, Joxian y, la figura cuya muerte hace andar toda la obra, “el Txato”. Con una forma de escribir singular que convierte los sustantivos en adjetivos como “amigos cenantes”, “cejas enfadadas” o “manos felicitantes”, el autor escribe un relato de las luchas del pueblo vasco desde adentro. Realmente desde adentro. Es la vida misma de los habitantes de un pueblo en el cual todos se conocen, se reúnen en el bar, participan en el club de ciclistas y comen churros con chocolate. Pero de pronto todo estalla.
La obra comienza cuando ETA anuncia el fin de la lucha armada; es el momento para que las víctimas puedan comenzar a recoger los vidrios rotos, y para que una viuda, Bittori, hable con su marido en la tumba. Una obra extraordinaria que nos hace amar a ese pueblo antiguo, tozudo y dulce. Y odiar más la violencia.“Constató: pedir perdón exige más valentía que disparar un arma, que accionar una bomba. Eso lo hace cualquiera. Basta con ser joven, crédulo y tener la sangre caliente. Y no es sólo que se necesiten un par de huevos para reparar sinceramente, aunque no sea más que de palabra, las atrocidades cometidas.”
La obra comienza cuando ETA anuncia el fin de la lucha armada; es el momento para que las víctimas puedan comenzar a recoger los vidrios rotos, y para que una viuda, Bittori, hable con su marido en la tumba. Una obra extraordinaria que nos hace amar a ese pueblo antiguo, tozudo y dulce. Y odiar más la violencia.“Constató: pedir perdón exige más valentía que disparar un arma, que accionar una bomba. Eso lo hace cualquiera. Basta con ser joven, crédulo y tener la sangre caliente. Y no es sólo que se necesiten un par de huevos para reparar sinceramente, aunque no sea más que de palabra, las atrocidades cometidas.”