Mariana Enriquez
Anagrama, 2016
Mariana Enriquez logra que el género de terror se instale en el podium de la literatura latinoamericana contemporánea; pero no el terror clásico que podemos haber leído y que conocemos, sino un terror actual, local, cotidiano. El terror que se esconde en el otro, en los niños, en la pobreza; resignifica a través del terror el horror de la historia política reciente, y en acontecimientos como la emigración, tradiciones y creencias de nuestra memoria colectiva. Cada historia, de estos 12 cuentos, tiene su propio mundo narrativo. La voz, el tono, el lenguaje usado en cada uno se acomoda a su propio relato, solo los une ese malestar, el miedo que se anida en lo cotidiano. Lo terrorífico está en lo real y estamos todos en constante peligro. Es esa sensación, de que no podemos huir la se traspasa al lector. Reconocemos lo que leemos, nos es familiar, y sentimos el terror esperando el momento en que todo se volverá siniestro. El miedo no a la presencia de un fantasma o un cuerpo mutilado, sino a la oscuridad del ser humano, a la confirmación que lo más perturbador está en nosotros mismos. Cosas no dichas, ambigüedad, la presunción de la tragedia, hacen de estos cuentos una lectura magnífica.