Liane Moriarty
Penguin, 2013
¿Cuántos secretos guardamos en nuestras vidas? De ellos, ¿cuántos conocemos y cuántos permanecen en penumbras? ¿cuántos se conocerán, quizás, en las siguientes generaciones y cuántos seguirán siendo para siempre lo que comenzaron siendo: secretos? Ese es el motivo de la nueva novela de la escritora australiana. La escritora es también autora del best seller y serie de televisión “Pequeñas grandes mentiras” (reseñado por Alejandría). No hay que engañarse con Moriarty: tiene la ligereza del lenguaje que la hace fácil de leer, una estructura narrativa simple y eficaz, y sus personajes bien definidos hacen que sus novelas puedan convertirse en muy buenas series de televisión. Pero sus novelas no son banales y logran invitar al lector a unos mundos domésticos, aparentemente perfectos, pero donde late la verdadera vida, que nunca lo es. Tampoco la mirada de la autora es totalmente escéptica ni cruel; mira a sus personajes con ternura, como si también ella perteneciera a ese lugar.“El sobre de un tono grisáceo estaba cubierto de una fina capa de polvo. Las palabras, escritas con bolígrafo azul de punta fina, con una letra tan familiar como la suya propia. Le dio la vuelta (…) No iba a abrirlo. Estaba meridianamente claro que no debía abrirlo. Era la persona más resuelta que conocía y ya había decidido no abrir el sobre, de manera que no iba a darle más vueltas. Aunque bien mirado, ¿Qué podría pasar si lo abría? Cualquier mujer lo abriría sin pensar. Hizo una lista mental de todas sus amigas y pensó cuál sería la respuesta si las llamara por teléfono ahora mismo y les pidiera su opinión”. Gran lectura esperando la serie que de seguro vendrá.