Katherine Mansfield
Alba Editores, 2010
“Dado que no soy una intelectual, parece que siempre deba aprender las cosas arriesgando mi vida” escribió en su Diario Katherine Mansfield el año 1920, autora que se destacó por su capacidad para expresar el mundo y el deseo femenino. En sus obras , aparentemente plácidas y casi costumbristas, supo plasmar algo perturbador que se cuela en una cotidianidad demasiado perfecta. Y esto lo logra sin decirlo, sino haciendo al lector sentir la inquietud en la medida que avanza en cada una de sus historias.
“¿ Por qué nos sentimos tan distintos en la noche? ¿Por qué es tan emocionante seguir despierto mientras todos duermen? (..) ¿Y de dónde proviene esta curiosa sensación de formar parte de una conspiración? Nos movemos ligeros, sigilosos por la habitación. Cojo algo del tocador y lo vuelvo a depositar sin el menor ruido. Y todo, absolutamente todo, incluso los postes de la cama, me conoce, me responde, comparte conmigo el secreto…
Durante el día la habitación no te gusta demasiado. Nunca piensas en ella. Entras y sales, la puerta se abre, se cierra de un portazo, el armario cruje. Te sientas a un lado de la cama, te cambias los zapatos, vuelves a salir. Te contemplas fugazmente en el espejo, te empolvas un poquito la nariz, y fuera otra vez. Pero ahora… de pronto la habitación se ha vuelto en algo entrañable. Es una habitación divertida, maravillosa. Y tuya.”