Testimonio de Feuerbach sobre el huérfano de Europa: Kaspar Hauser
Por Rodrigo Aravena Alvarado
En medio de la pandemia de la Covid-19, editorial Laurel publicó en Chile, en abril de 2021, una nueva edición del testimonio del destacado jurista alemán, Paul Johann Anselm Ritter von Feuerbach, titulado Kaspar Hauser: ejemplo de un crimen contra la vida interior del hombre.
Para resumir la historia en dos líneas, se trata de la misteriosa aparición en 1828 en la ciudad de Núremberg de un adolescente de unos dieciséis años que apenas repite que quiere ser jinete como su padre y que, evidentemente, acumuló años sin contacto social con otras personas. La ciudad se entera rápidamente que el niño Kaspar creció encerrado en un sótano y que, además, habia sido abandonado a las puertas de la ciudad. El golpe a la conciencia de los ciudadanos se extendió al resto de una Europa que en esos años vivia intensamente su fe en la luz de (su) razón, y que en Alemania, acrisolaba en el orgullo de sus múltiples doctrinas protestantes.
En ese contexto es que el autor decide emprender su obra. Feuerbach había sido el autor del Código Penal de Baviera en 1813 y a lo largo de su vida había cultivado un interés por entender el “alma” de los condenados. Al conocer la historia del “huérfano de Europa” se convirtió en uno de sus principales benefactores. Su Kaspar Hauser se apoderó de los últimos años de su vida antes de su muerte ocurrida en mayo de 1833, siete meses antes de la del propio Kaspar, acaecida a manos de un criminal a la fecha desconocido.
Feuerbach elabora una detallada crónica de la aparición de Kaspar Hauser; de la vida anterior que pudo haber tenido, apenas conjeturada por los testimonios que progresivamente entrega el propio adolescente al desarrollar su capacidad de lenguaje; y, cómo no, de las diversas “pruebas” que se hicieron al adolescente por parte de científicos, pedagogos, religiosos y un sinúnmero de curiosos que sin duda anticipaban el morbo “fueguino”, que 1830 se desataría en Inglaterra tras el arribo forzado del canoero yagán, Jemmy Button.
De los orígenes de Kaspar Hauser, nunca se supo nada y aún hoy se investiga.
Feuerbach sintetiza en su libro este ambiente y, con sus herramientas propias las del derecho, más las de su época, la razón y la piedad, expone ante un jurado universal el dolo de someter a un niño a una reclusión inhumana que mutiló el desarrollo de la persona y que, a su juicio, contaba, pese a su edad y su dura vida, con cualidades morales y de observación afinadísimas. Para construir su alegato el autor observa detenidamente, memoriza y pondera lo que descubre, y trancribe lo que a su juicio no ofrece ninguna duda.
“El árbol le comunicaba que estaba vivo al mover sus ramas y sus hojas, y hablaba cuando el viento soplaba entre ellas”.
“La primera vez que vio la luna creyó que era el sol de espaldas (…). Cuando se le dijo que, al igual que el sol, [las estrellas] brillaban de manera constante, sólo que no siempre eran visibles, volvió a preguntar quién las había puesto allí arriba como para que estuvieran todo el tiempo encendidas. Al fin hundió la cabeza y con la mirada fija cayó en una profunda y seria reflexión. Cuando volvió en sí, su encanto se había transformado en melancolía “.
Feuerbach logra, con toda la imparcialidad que le da su oficio, un relato que toca profundamente nuestra propia humanidad. Su esfuerzo es similar al que James Joyce, guardando las diferencias, querría cien años después para su Ulises: dar cuenta de todas las facetas de un hombre.
La edición que felizmente ha sacado la editorial Laurel, está acompañada de un Informe Pericial del Dr. Johann Karl Osterhausen; Un testimonio específico sobre la Muerte de Kaspar a cargo de H. Fuhrmann, profesor de religión de Hauser; y un fragmento de la autobiografía de Kaspar Hauser.
Esta edición de Kaspar Hauser: ejemplo de un crimen contra la vida interior del hombre, además de hacer circular un libro extraordinario tanto por su historia, como por su detallada y profunda ejecución, tiene el valor de ser publicada en un momento en que nuestro colectivo humano se enfrenta a definiciones relevantes sobre nuestra propia supervivencia. El testimonio de Feuerbach sobre Kaspar Hauser, es una llamada a humanizar estas definiciones y a volcar nuestras aptitudes en dejar huella en favor de la Justicia.